Por: Gerina Dunwich
Existen dos formas de hacer sus propios hechizos.
La primera es tomar un hechizo existente y personalizarlo para que sea adapte a sus propias necesidades. Los ingredientes como hierbas y aceites pueden ser modificados fácilmente (mientras sus propiedades mágicas correspondan a su intención); los conjuros pueden repetirse con las mismas palabras; y las deidades puedes sustituirse para adecuarlas a su tradición espiritual personal o herencia cultural/étnica. Siéntase libre de añadir, omitir y cambiar hasta que el hechizo sea suyo. El fin de personalizarlo es que usted le ponga tanta energía como pueda, mientras conserve su estructura original.
La segunda forma es crear por completo y desde el principio un nuevo hechizo. La mayoría de las brujas lo hacen cuando no encuentran un hechizo apropiado para su necesidad o deseo, o cuando no están de acuerdo con los hechizos creados por otros. El primer paso es buscar las correspondencias mágicas para encontrar las hierbas, deidades, colores, planetas, elementos y demás cosas relacionadas con su propósito y después decidiir cuál de ellos quiere emplear.
Mientras más correspondencias mágicas se incorporen al hechizo, más potente será su magia.
El siguiente paso es escribir un conjuro que defina claramente la necesidad o deseo. Los conjuros pueden ser simples o poéticos, y también pueden invocar una deidad. Los conjuros rimados no sólo son tradicionales, sino que se dice que son más mágicos gracias a su ritmo. La interpretación de la Wicca, escrita por Lady Gwen Thompson y publicada en la primavera de 1975 secuela de El Huevo Verde, afirma esto en la siguiente frase: "Para que el conjuro tenga efecto, es preferible decirlo en verso".
NO importa si usted no es un gran poeta mientras sus palabras estén llenas de intención. La intención y la voluntad de un hechicero, combinados con la energía que pone en circulación, son los que dan poder a un hechizo. Los sortilegios, junto con las velas, el incienso, las túnicas y las herramientas rituales no poseen poderes mágicos por sí solos. La verdadera magia proviene del corazón y el alma del
practicante.
El paso final es determinar el momento adecuado para hacer el hechizo. Recuerde que trabajar en armonía con las fases de la Luna, las influencias astrológicas y las horas planetarias aumentará el poder de su magia.
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